Miguel Hernández


DE PASEO POR LA HISTORIA. Con una mirada breve a los eventos y personajes que impactaron al país y al mundo

Evaristo Regalado, 28 de marzo de 2022

MIGUEL HERNÁNDEZ

Iniciamos esta parada invitando a escuchar la canción “Elegía”, en la prodigiosa y experimentada voz de Joan Manuel Serrat, que inicia así:

“Yo quiero ser llorando el hortelano

De la tierra que ocupas y estercolas

Compañero del alma, tan temprano

Alimentando lluvias, caracolas

Y órganos mi dolor sin instrumentos

A las desalentadas amapolas

Daré tu corazón por alimento

Tanto dolor se agrupa en mi costado

Que por doler, me duele hasta el aliento”

Y continúa cantando este canto fúnebre de la siguiente forma:

Quiero escarbar la tierra con los dientes

Quiero apartar la tierra parte a parte

A dentelladas secas y calientes

Quiero mirar la tierra hasta encontrarte

Y besarte la noble calavera

Y desamordazarte y regresarte

Puede escucharla completa haciendo aqui o pegando el link en tu navegador: https://youtu.be/3g9K_X1eE9A?si=IsuZEIuNNKm6hbk4

Un día como hoy, 28 de marzo, pero de 1942, murió de tuberculosis el poeta y dramaturgo español Miguel Hernández Gilabert. Nació en Orihuela, un pueblo eminentemente religioso, católico, perteneciente a Alicante (aunque está más cerca de Murcia, no solo en distancia, sino también en términos culturales y de comercio). Con Orihuela pasa algo parecido a lo que sucede con Villa Altagracia, en ese mismo sentido. Ese municipio pertenece a la provincia de San Cristóbal, pero está enclavado en la misma antesala del Cibao y tiene más vínculos comerciales, culturales y naturalmente con la Región Norte que con la Sur.

Hernández provenía de una familia de ganaderos y tuvo temprana afición por la lectura, sobre todo de poesía, aunque debido a las condiciones de humildad de su familia tuvo que abandonar la escuela a temprana edad para insertarse a la actividad laboral.

El poeta de Orihuela”, como también se le conoce a Hernández, perteneció a un grupo de intelectuales de la llamada “Generación de la Guerra”. Sus primeras publicaciones aparecieron en la revista “El Gallo Crisis”, de su amigo Ramón Sijé (cuyo verdadero nombre era José Ramón Marín Gutiérrez), a quien le dedica de manera póstuma el poema “Elegía”, musicalizado en 1972 y magistralmente interpretado por el cantautor español Joan Manuel Serrat, que citamos al principio del paseo.


Elegía a Ramón Sijé (también conocido como “Compañero del alma, compañero”) es un canto fúnebre, un lúgubre pero hermoso poema cargado de remordimiento por parte del autor debido el desenlace que tuvo su amistad con su gran amigo Sijé. Para entender el contexto del poema “Elegía” hay que apuntar que Hernández y Sijé eran dos personas del mismo pueblo (Orihuela), distantes en su ideología política y en sus concepciones estéticas, pero unidos por una fuerte amistad y por su gran interés por la poesía.

Sin embargo, esa amistad se vio rota cuando Miguel Hernández viajó a Madrid y entró a formar parte del círculo de Pablo Neruda, Vicente Aleixandre y otros poetas de la llamada “Generación del 27”. Neruda armó todo un chisme y convenció a Hernández de que su relación con Sijé podía ser un lastre para su proyección poética. Hernández le hizo caso y a partir de ese momento la relación entre los dos amigos se fue enfriando paulatinamente. Por ello, cuando Ramón Sijé murió en el ínterin, a causa de una septicemia al corazón (24 de diciembre de 1935, con apenas 22 años de edad) Miguel Hernández se llenó de remordimiento y quiso reconciliar su conciencia escribiendo —en sólo 15 días—, este bello poema que apareció en su libro “El Rayo que no Cesa”, que salió a la venta el 24 de enero de 1936.

Serrat grabó además otros poemas de la autoría de Hernández. Todos se convirtieron en grandes éxitos como lo son: “Para la Libertad”, “Nanas de la Cebolla”, “Canción Última”, entre otras.

Hernández participó de manera muy activa en la Guerra Civil española, de hecho fue alistado del Quinto Regimiento de la defensa de Madrid. Al final de la guerra intentó escapar del país, pero lo atraparon y encarcelaron. Recibió la sentencia de pena de muerte, aunque luego le fue permutada por 30 años de prisión, sentencia que jamás llegaría a cumplir porque murió estando en prisión, en el Reformatorio de Adultos de Alicante, un día como hoy, del año 1942.


La ñapa

En la ñapa de hoy hemos querido tocar brevemente el origen de una palabra que en principio puede parecer prosaica, o cuando menos poco elegante: “fullín”. Si, fullín, ¡qué poético! (Es que no es para menos si estamos hablando de Miguel Hernández). Sabemos que suena feo, pero usted sabe que nuestro objetivo no es traer por las greñas una vulgaridad al espacio, sino todo lo contrario, hacer el aporte cultural e histórico sobre el origen de una palabra de uso común.

El término “fullín” surgió en el país en el contexto de la primera intervención norteamericana (en el año 1916) que, como se sabe, dejó a muchos marines estadounidenses establecidos aquí hasta mucho tiempo después del embargo, aproximadamente hasta 1924 o incluso hasta después, finales de 1926.


No es un secreto que uno de los atributos más llamativos de las mujeres negras, o de ascendencia afroamericana, es son sus nalgas prominentes. Los marines estadounidenses se maravillaban de cómo les quedaban los pantalones jeans a las mulatas dominicanas, eran llenados por completo por los grandes traseros, prominencias naturales que Dios les dió a las mulatas latinas. Ellos, los marines norteamericanos, usualmente utilizaban la expresión de admiración “¡full jeans!” cuando se topaban con una de nuestras mulatas con esos pantalones apretadísimos al “bumper”, por lo que le susurraban la expresión a sus compañeros de patrulla, a veces como un cumplido o como un piropo.

De ahí en adelante, y con el tiempo, el anglicismo “full jeans” usado por los soldados estadounidenses se fue incorporando a nuestro idioma degenerando en “fullín”, que según el Diccionario de Americanismos de la ASALE, en la República Dominicana y en Puerto Rico el término significa solo “nalgas” (ASALE, n.d.), pero en buen dominicano significa “nalgas, pero grandes”. Con frecuencia la palabra se utiliza en el barrio formando expresiones como “ofre’come mira que fullín”, o “Wao qué fullín tiene esa negra”, entre otras de tanta o más picardía.

Si te gustó, considera compartir.
#depaseoporlahistoria #28Mar #MuguelHernandez

Consultado:

ASALE. (n.d.). Fullín. Diccionario De Americanismos. Retrieved March 28, 2023, from https://www.asale.org/damer/full%C3%ADn

Bravo Morata, F. (1979). Miguel Hernández. Mongeloso.

Ferris, J. L. (2016). Miguel Hernández : Pasiones, cárcel y muerte de un poeta (4th ed.). Fundación José Manuel Lara.

Autor: evaristoregalado

Bloggero, twittero, contador y profesor a medio tiempo. Aficionado a la fotografía y curioso de la historia. En busca de mi catarsis cada día y de mi comunión con Jesús de Nazareth

Deja un comentario