DE PASEO POR LA HISTORIA. Con una mirada breve a los eventos y personajes que impactaron al país y al mundo.
Evaristo Regalado, 19 de abril de 2023
CELEBRANDO A LOS AUDITORES INTERNOS DOMINICANOS
Antes de ir profundo por esta parada gremial, reflexionemos sobre una frase del desarrollador del concepto de Calidad Total, el estadístico y físico estadounidense William Edwards Deming, que bien pudiera representar el estilo desconfiado típico de un auditor. Cito:
“Sólo creo en Dios. Todos los demás ¡traigan datos!(pruebas)”
Hoy, como cada 19 de abril, se celebra en la República Dominicana el “Día del Auditor Interno”, en ocasión de la fundación del Instituto de Auditores Internos de la República Dominicana, Inc. (IAIRD), en el año 1983.
El IAIRD se constituyó mediante el decreto No. 966, publicado en G.O. 7395, al amparo de la Ley 520 del 26 de julio de 1920, sustituida posteriormentecon la Ley 122–05 sobre instituciones sin fines de lucro.
El Instituto, en su portal de Internet www.iaird.org.do define como su propósito fundamental el de “promover y desarrollar la profesión de Auditoría Interna; efectuar y participar en programas destinados a elevar las competencias y el nivel de calidad de los Auditores Internos, fomentar la práctica de los principios éticos que rigen la profesión, así como patrocinar aquellas actividades que contribuyan a aumentar y afianzar el prestigio de sus miembros”.
La auditoría interna es una revisión o evaluación a fondo, por parte de expertos en controles, de los aspectos administrativos, financieros y operativos de una entidad, desde la propia entidad de manera integral. Se ejecuta de manera independiente, en plena libertad y sin limitaciones a los aspectos sujetos a revisión para emitir un informe de evaluación o de hallazgos que cumpla con ciertos criterios, además de recomendaciones. Por ende, la función primordial de un auditor interno es vigilar el cumplimiento de los controles internos diseñados y establecidos por la alta dirección de la empresa, para agregar valor mediante las recomendaciones que coadyuven a corregir las debilidades de dicho control interno y mejorar la eficacia de los procesos.
Felicitamos de manera cálida a los auditores internos de nuestro país, que a la sazón también son contadores, en su mayoría, con la exhortación de que continúen representando la profesión con dignidad, ética y competencias al más alto nivel, pero sobre todo con VALORES, porque como sociedad debemos imperiosamente volver a ellos. Una buena forma de hacerlo es exigiendo integridad y testimonio de vida a las personas y profesionales que ocupan posiciones de poder, vigilando si la gente vive como habla. Porque una cosa es decir, y otra cosa es hacer.
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