De paseo por la historia. Con una mirada breve a los eventos y personajes que impactaron al país y al mundo.
Evaristo Regalado, 22 de septiembre de 2020
El HURACÁN GEORGES
Iniciemos nuestro recorrido con una frase del cantautor argentino Fito Páez en su canción “Si es amor”. Cito:
“Pero al fin, si es amor, cruzará huracanes y tormentas.“
Un día como hoy, 22 de septiembre pero de 1998, la República Dominicana fue azotada por el huracán Georges, un fenómeno marcado como “categoría 4” en la escala Saffir-Simpson. Hay que recordar que esta métrica clasifica los fenómenos meteorológicos atendiendo a la intensidad que lleven sus vientos y fue desarrollada en el año 1969 por Hervert Saffir, ingeniero civil, y el director del Centro Nacional de Huracanes de los EEUU de entonces, Bob Simpson.
Por definición, un huracán es un sistema de viento tropical con velocidades superiores a los 118 km/hr, siendo considerado como uno de los fenómenos más destructivos y temibles de la naturaleza. Para ponernos en contexto, un huracán categoría 1, la más “suave” o menos destructiva, reporta vientos de entre 118 y 153 km/hr, por lo que normalmente solo provocará daños a la vegetación, al tendido eléctrico, a letreros y a piezas móviles que no estén bien sujetas.
En categoría 2, un huracán tendrá velocidades que oscilan entre los 154 y los 177 km/hr pudiendo, además de los daños mencionados, comprometer techos, puertas y ventanas. También puede afectar considerablemente vías de comunicación por el efecto de las inundaciones.
Por su parte, un huracán categoría 3 ya viene con vientos entre los 178 y los 209 km/hr y puede incluso derribar árboles de gran tamaño y afectar severamente grandes estructuras y construcciones.
Un huracán categoría 4, como Georges, reporta vientos entre 210 y 250 km/hr siendo capaz de provocar daños muy severos, de arrancar árboles de raíz e incluso provocar la destrucción de viviendas de forma total.
Un huracán categoría 5 reporta vientos de más de 250 km/hr y se considera como un evento del tipo catastrófico.
A su paso pleno por RD, a las dos de la tarde del día citado en el introito, Georges ya había comenzado a provocar inundaciones y avalanchas en el territorio nacional que arrasaron puentes, cultivos y poblados. El fenómeno pasó factura de forma inmisericorde, cobrando la vida de unas 400 víctimas (aproximadamente) según lo que se dijo a nivel oficial, aunque algunos portales de noticias consideran esa cifra muy sub valuada y hablan de por lo menos un millar de muertos, especialmente en el sector conocido como Mesopotamia, en la provincia San Juan de la Maguana que aportó la mayor cantidad de fallecidos y/o desaparecidos.
En términos económicos Georges también causó daños materiales importantes por el orden de los diez mil millones de pesos en la agricultura, la agropecuaria, el turismo y en las infraestructuras del país. Pero el saldo trágico de este huracán no se detuvo con su salida del territorio dominicano hacia Puerto Rico, donde también causó estragos, sino que la estela de agua dejada provocó una epidemia de dengue y malaria en el país debido a la proliferación de mosquitos a niveles exponenciales.
Se cree que las consecuencias tan graves de Georges se debieron en buena parte a que sorprendió a una población que estuvo prácticamente desprevenida, debido a la pésima gestión comunicacional de las autoridades de turno, representadas en esta materia por el Director de la Defensa Civil de entonces, el señor Elpidio Báez, quien minimizó la amenaza en alocuciones por radio y televisión nacional. Este personaje, de manera irresponsable le dijo a los dominicanos reiteradas veces “que no había nada de qué preocuparse”.
Sobre el origen de la palabra hay que decir que todos los diccionarios le atribuyen al término “huracán” un origen taíno. Nuestros indígenas nombraban como “juracán” o “jurarán” a lo que ellos interpretaban como el dios del mal, una deidad terrible, inmisericorde, que se ensañaba con ellos y los visitaba casi todos los años para destruir todo a su paso, precisamente en el periodo que hoy en día conocemos como “temporada ciclónica”, que a la sazón inicia el día 1ro. de junio y se extiende hasta el 30 de septiembre de cada año. Los huracanes desolaban los yucayeques o poblados taínos y sus bohíos (o caneyes), normalmente hechos de madera y techados con pencas de palma.
Entre los huracanes más devastadores y peor recordados que han sacudido nuestro país se recuerdan los siguientes:
- San Zenón (categoría 4) que entró al país el día 3 de septiembre de 1930 durante el gobierno de Trujillo;
- Inés (categoría 4) entró al país el 29 de septiembre de 1966 durante el gobierno de Joaquín Balaguer;
- David (categoría 5) entró el 31 de agosto de 1979 durante el gobierno de Antonio Guzmán;
- Emily (categoría 5) azotó el país el 9 de septiembre de 1987 durante el gobierno de Joaquín Balaguer;
- Georges, el protagonista de este paseo, (categoría 4), entró el 22 de septiembre de 1998 durante el gobierno de Leonel Fernández;
- y Fiona, que entró por la parte Este del país como huracán categoría 1 la madrugada del lunes 19 de septiembre de 2022, pero que luego evolucionó hasta alcanzar la categoría 3. Le tocó gestionarlo a la administración actual del presidente Luís Abinader Corona.
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