Fulano, Mengano, Zutanejo y Perengano


De paseo por la historia. Con una mirada breve a los eventos y pwersonajes que impactaron al país y al mundo

Evaristo Regalado, 4 de diciembre

FULANO, MENGANO, ZUTANEJO Y PERENGANO

El recorrido de hoy versa sobre los cuatro calificativos del título, de sobra conocidos en nuestro país y en la mayoría de países de habla hispana. Se utilizan bastante sin conocer a fondo sus orígenes. La fama y presencia de estos cuatro “individuos famosos” en el vocabulario actual se la debemos a la herencia lingüística que se nos fue traspasando de boca en boca, a través de muchas generaciones.

Pero lo cierto es que los señores “Fulano”, “Mengano”, “Zutano” y “Perengano” (este último usado más comúnmente como “Perencejo” en muchos países latinos) nunca existieron, o al menos no se conoce ningún hecho o evento histórico de importancia o sin ella en el que sus protagonistas llevasen esos nombres. Son simplemente términos surgidos de la imaginación y de la tradición usados para referirse a un desconocido, a alguien de quien no sabemos su nombre, de cuyo nombre no nos acordamos o que sencillamente no queremos nombrarlo por cualquier motivo, aunque lo sepamos. Estos vocablos también suelen utilizarse en términos peyorativos para “ningunear” a alguna persona, dicho en el lenguaje popular dominicano. “Vino un fulano y te dejó eso con el vigilante”; “eso lo dijo un fulano que ni sabe de eso”, por ejemplo.

En el caso de las dos primeras palabras, “Fulano” (la que corresponde al “desconocido” de mayor jerarquía en uso, y la que siempre va delante) y “Mengano” (la segunda más utilizada, que generalmente va después de “fulano"), ambos vocablos son desprendimientos del idioma árabe que se integraron al Español con el tiempo, a través de los años, y se extendieron por toda hispanoamérica. Derivan, respectivamente, de los términos (1) “fulān”, que puede traducirse como “cualquier persona” o como “una persona cualquiera”; y (2) de “mankān”, que significa “quien sea” o “el que sea”.

En el caso de “Zutano” (o Zutanejo en nuestro país y en la mayor parte de Latinoamérica) proviene de la voz “scitānus”, que en latín significa “sabido”. No estamos seguros en qué momento se agregó esta palabra a la fila de la expresión, pero normalmente se refiere al tercer “desconocido” de la serie que intitula este artículo y va después de “mengano” (en la forma “fulano, mengano y zutanejo”), aunque a veces también se la coloca de segundo (en la forma “fulano y zutanejo”).

Pero hay otra palabra que recientemente también se agregó a la retahíla expresiva: “Perengano” (o “Perencejo” en muchos países donde se habla Español, incluyendo la República Dominicana). De ese vocablo no se han encontrado raíces claras desde otras lenguas, pero algunos curiosos o investigadores enarbolan la teoría de que el término es una combinación del apellido “Pérez” (para muchos el apellido más común en el idioma Español) con la palabra “mengano” y de ahí sale entonces “Perengano” como cuarta expresión.

Ahora ya lo sabes. Comparte estas curiosidades con alguien que quieras que también lo sepa.

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Autor: evaristoregalado

Bloggero, twittero, contador y profesor a medio tiempo. Aficionado a la fotografía y curioso de la historia. En busca de mi catarsis cada día y de mi comunión con Jesús de Nazareth

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