Padre Oscar Romero


DE PASEO POR LA HISTORIA. Con una mirada breve a los eventos y personajes que impactaron al país y al mundo.

Evaristo Regalado, 24 de marzo de 2022

ÓSCAR ARNULFO ROMERO

Iniciaremos hoy con una frase lapidaria de Mons. Romero. Cito:

Si me matan resucitaré en el pueblo salvadoreño"

Pero Mons. Romero se equivocó, él no resucitó en el pueblo salvadoreño, él resucitó en el corazón del mundo.

Un día como hoy, 24 de marzo pero de 1980, fue asesinado en El Salvador el padre Óscar Arnulfo Romero, IV Arzobispo de San Salvador entre los años 1977 y 1980. Tenía 62 años al momento de su muerte. El hecho se produjo mientras oficiaba una misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia, en la colonia Miramonte, de San Salvador.


Un disparo ruin hecho por un francotirador le impactó directamente en el corazón con una bala calibre 22, cercenándole la vida instantáneamente mientras elevaba el cáliz durante la consagración.

Como arzobispo, Romero era claramente un líder popular cuya fama y prestigio ya habían trascendido las fronteras de El Salvador. Su voz denunciante calaba en la conciencia de los sectores católicos tanto como en la de los laicos. En sus homilías dominicales denunció con un discurso potente muchas violaciones a los derechos humanos, secuestros, desapariciones y asesinatos; al tiempo que manifestaba en público su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política de ese país. Los sermones del arzobispo usualmente eran transmitidos en vivo a través de la radio YSAX, una estación propiedad de la Iglesia Católica.

Dentro de la Iglesia se le consideró como un obispo que defendía y luchaba por los pobres.

La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación”. “O servimos a la vida de los salvadoreños o somos cómplices de su muerte”

—afirmó Romero en una de sus misas.

Días antes de su asesinato ya se había perpetrado un primer intento de homicidio en contra del padre Romero, específicamente el día 9 de marzo de ese mismo ańo en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús. Se encontró un portafolios de color negro colocado debajo del Altar Mayor. La persona que notó su presencia, identificada como el sacerdote Ramiro Jiménez, notificó inmediatamente a la policía, la cual determinó en sus investigaciones que se trataba de una bomba de 72 candelas de dinamita comercial. Romero siempre fue consciente del peligro que acechaba su vida, nunca estuvo ajeno a eso, pero aún así continuaba su labor de denuncia con mucha valentía. Poco tiempo antes de su asesinato dijo las siguientes palabras:

Desde ya ofrezco mi sangre por la redención y resurrección de El Salvador. Que mi sangre sea semilla de libertad”.

Finalmente se determinó que el Padre Romero fue ejecutado por un escuadrón de la muerte formado por civiles y militares de ultraderecha y dirigidos por el mayor Roberto d’Aubuisson y el capitán Álvaro Saravia.

En América Latina algunos se refieren a él como san Romero de América; y es uno de los diez mártires del siglo XX representados en las estatuas de la abadía de Westminster, en Londres, en donde también está la de Martin Luther King. Romero fue incluso nominado al Premio Nobel de la Paz en el año 1979, pero no ganó. El premio fue a manos de otra religiosa, la madre Teresa de Calcuta, por su trabajo contra la pobreza. Pero Romero recibió Doctorado Honoris Causa de la Universidad Católica de Lovaina en reconocimiento por sus luchas en defensa de los derechos humanos. La tumba de Mons. Romero en la Catedral de San Salvador se ha convertido tras su muerte en un lugar de peregrinación para la feligresía católica.

Los funerales del arzobispo Romero se llevaron a cabo seis días después de su asesinato, el domingo 30 de marzo de 1980 en la Catedral Metropolitana de San Salvador en medio del llanto y, a la vez, del pánico del pueblo. En medio de las honras fúnebres unos terroristas salvadoreños hicieron detonar varias bombas entre la multitud asistente y desataron un tiroteo, causando 40 muertes y dejando más de 200 personas heridas, muchas de ellas atropelladas y asfixiadas por la multitud que corría despavorida.

Les invito a escuchar a Rubén Blades interpretando la canción “El Padre Antonio”, en franca alusión y como un homenaje al mártir Romero por el siguiente link clic aquí o pega el enlace en tu navegador: https://youtu.be/5rTR8Yj6qw0


La ñapa:

Para concluir, vamos con “la ñapa” de hoy. Se trata del origen de la expresión “mucha merde” o “mucha mierda”. Es una frase muy común entre los artistas del teatro, que antes de las presentaciones se desean “mucha merde” entre amigos y compañeros. Resulta que cuando todavía no existía el automóvil impulsado por motor de combustión, la gente iba a los espectáculos y obras teatrales en carruajes que eran jalados por caballos. Ese era el medio de transporte predominante.


Era de esperarse entonces que los caballos “aparcados” en los estacionamientos de los teatros eventualmente defecaran en el piso. Así que, si al otro día se encontraba mucha materia fecal de caballo en los alrededores del teatro, era una señal clara de que el espectáculo había sido todo un éxito de taquilla y de asistencia. Los artistas de “las tablas” prefieren evitar el uso de la palabra “suerte” en su saludo antes de su entrada a escena, y en lugar de ella utilizan la alocución francesa “merde”, porque entienden que el término “suerte” atrae o invoca exactamente lo contrario: la mala suerte.

Si te gustó, comparte. En temas de cultura y saber, se pierde lo que se guarda.

#depaseoporlahistoria #24Mar #arnulforomero #romerodeamerica

Consultado:

Uganda, W. (2015, September). San Romero de América. Tareas Núm 151. Centro De Estudios Latinoamericanos “Justo Arosemena.” https://www.redalyc.org/pdf/5350/535055502010.pdf

Autor: evaristoregalado

Bloggero, twittero, contador y profesor a medio tiempo. Aficionado a la fotografía y curioso de la historia. En busca de mi catarsis cada día y de mi comunión con Jesús de Nazareth

Deja un comentario