Nace Juan Pablo Duarte

De Paseo por la Historia. Con una mirada breve a los eventos y personajes que impactaron al país y al mundo

Por Evaristo Regalado

JUAN PABLO DUARTE

Iniciemos con un pensamiento del propio Juan Pablo Duarte:

«Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”.

Un día como hoy 26 de enero, pero de 1813, nació Juan Pablo Duarte Díez en la que fue la España colonial antes de la fundación de la República Domincana que él mismo concibió, específicamente en la casa marcada con el No. 308 de la calle “del Caño” o “principal de Santa Bárbara” (hoy Isabel la Católica), en el local donde hoy se encuentra ubicada la sede del Instituto Duartiano y del Museo de Duarte, en Santo Domingo.

Duarte era hijo del español Juan José Duarte Rodríguez y de la seibana Manuela Díez y según la literatura patriótica fue el principal ideólogo de la fundación de la Nación dominicana, el creador de la conciencia, el espíritu y la identidad nacional dominicana, considerado como uno de los Padres de la Patria.

Sus primeros años de instrucción los recibió en la casa de sus padres y luego fue aceptado en una escuela formal. Duarte fue uno de los primeros contadores del país. En el negocio de su padre, ubicado en Las Atarazanas (el cual vendía mercancía importada, especialmente artículos ferreteros, entre otros), aprendió de contabilidad y de matemáticas. Al llegar a la juventud, como la universidad había sido cerrada por el régimen de Boyer, fue enviado al extranjero a cursar estudios superiores por unos tres años. Regresó al país durante los años 1831 ó 1832.

En el aspecto político, Duarte fue el fundador de La Trinitaria, en julio de 1838 cuando contaba con 27 años de edad; una organización política y militar secreta compuesta por células de tres personas, concebida para generar un movimiento revolucionario separatista e independentista bajo el lema de “Dios Patria y Libertad”. A partir de La Trinitaria se crearon dos sociedades nuevas: La Filantrópica y la Dramática, para plantar mensajes subliminales y propaganda en el interés de despertar conciencia a través de las actividades culturales y teatrales (dramaturgia). Los primeros miembros de La Trinitaria fueron el mismo Juan Pablo Duarte, Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandrino Pina, Félix Ma. Ruiz, Juan Maria Serra, Felipe Alfau, Juan N. Ravelo, Benito González, y Jacinto de La Concha. Luego se sumaron otros como Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella y los hermanos de Duarte (Vicente y Rosa Protomártir).

Fuera del aspecto politico la historia nos muestra a un Juan Pablo Duarte como intelectual, amante del arte y de la literatura; era poeta, tocaba guitarra, piano y flauta. Además dominaba el arte de la esgrima y la espada; pero también era políglota, hablaba (además del español) el francés, el inglés, el holandés y el alemán. Duarte también viajó por varios lugares del mundo como New York, Londres, París, Hamburgo y Barcelona; en los que aprendió el significado de la libertad, del honor y de la identidad propia.

Para muchos, Duarte encarna el dominicano más puro y grande que ha parido esta tierra, cuyas ideas (y algunas acciones clave) terminaron en gloria al lograr la independencia nacional el 27 de febrero de 1844, haciendo de los que hoy se denominan dominicanos, ciudadanos del mundo libre, con nombre y nacionalidad.

Pero Duarte también ha tenido y tiene sus detractores, como el Dr. Bolívar Batista del Villar (EPD), profesor de Historia Económica en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, quien dedica el capítulo VI de su libro “La historia secuestrada 1844–1963” casi completo a hablar de Duarte. En el texto, de unas 700 páginas, sostiene que Duarte era un burgués en el sentido pleno de la palabra, pero que en el nivel de desarrollo en que se encontraba la sociedad dominicana “la burguesía” no existía como clase, al tiempo que define a esa misma burguesía como un conglomerado unido por intereses comunes distintos a los planes revolucionarios o independentistas. Batista del Villar afirmaba que haciendo un ejercicio de claridad y honestidad intelectual, Duarte no podía ser el padre de la patria porque pertenecía a un segmento de la sociedad extraño a la realidad del pueblo dominicano. En nuestra época de estudiante de la UASD tuvimos la oportunidad de tomar clases con el profesor Batista del Villar y de escuchar con gran sus enjundiosos (y a veces duros) puntos de vista sobre la vida personal y revolucionaria de Duarte.

Otros autores, como Pedro Julio Jiménez Rojas, le regatean al prócer el hecho de que no se encontraba en el país cuando fue proclamada la Independencia y que, por tanto, no le corresponde un lugar preponderante entre los Padres de la Patria. Que de los 63 años de su vida, más de la mitad (34) los pasó en el exterior. Si a los 29 años que quedan de su vida se le restan sus primeros 16 años (que comprenden la infancia y la adolescencia, en los que no podía participar en actividades políticas) y además los 7 años de estudios que precedieron a la fundación de La Trinitaria (o sea, 23 en total), sólo restarían unos cinco o seis años en los que militó en la patriótica organización que propugnaba por la separación definitiva de la porción oriental de la isla. Ese cálculo, según el autor, es una clara y contundente demostración de su exigua colaboración en el tiempo a favor de nuestra patria.

Sostiene que los calificativos relativos a Duarte que utilizan algunos autores, como José Gabriel García, el arzobispo Meriño, Eugenio María de Hostos, Vetilio Alfau Durán, Joaquín Balaguer, Antonio Thomen, Manuel Salvador Gautier y la generalidad de las plumas duartistas son más bien propios de un hagiógrafo, es decir, aquellos que reseñan la vida de los santos al presentar a un Duarte etéreo, con epítetos cuasi celestiales, como una especie de apóstol, de evangelista, en fin, como una epifanía, dando la impresión que se trataba de un ser totalmente espiritual.

Volviendo a la vida de Duarte, finalmente murió el 15 de julio de 1876 a la edad de 63 años en Caracas, Venezuela, enfermo y sumido en la miseria. Sus restos fueron traídos al país 8 años más tarde por el presidente-dictador de entonces Ulises Heureaux Lebert (Lilis) quien, aunque parezca un poco extraño por su condición de dictador, lo había declarado Padre de la Patria junto a Francisco Sánchez del Rosario y a Matías Ramón Mella.

Hoy los restos de Juan Pablo Duarte descansan en el monumento para los Padres de la Patria que esta en el parque Independencia de la ciudad primada de América, Santo Domingo de Guzmán.

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#depaseoporlahistoria #26E

Autor: evaristoregalado

Bloggero, twittero, contador y profesor a medio tiempo. Aficionado a la fotografía y curioso de la historia. En busca de mi catarsis cada día y de mi comunión con Jesús de Nazareth

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